La importancia de los intangibles en las organizaciones
Las empresas enfrentan un gran reto en la actualidad: darle valor y fortalecer sus intangibles. Pues, a diferencia de los tangibles, estos no representan un valor monetario medible; sin embargo, son de gran importancia para llevar a cabo los procesos de la compañía, generar confianza y credibilidad en sus stakeholders y ser una fuente de ventaja competitiva.
Ahora bien, ¿a qué nos referimos con intangibles? Según el portal Bankinter, al hablar de activos intangibles, Aon y Ponemon Institute recuerda que existen principalmente ocho categorías:
- Propiedad Intelectual: aquellos activos creados por el intelecto humano, pueden ser patentes, marcas, derechos de autor, secretos comerciales y conocimiento de un negocio.
- Derechos contractuales: derechos de valor dados entre empresas, tales como los acuerdos por licencias y los royalties.
- Marca: es el valor otorgado a la percepción del consumidor.
- Intangibles duros: activos que tienden a figurar en los balances como un elemento específico, como el fondo de comercio o las licencias de software.
- Datos: toda la información que reposa en los sistemas informáticos.
- Derechos no económicos: activos que no suelen impactar en la generación de ingresos, como los acuerdos de no competencia.
- Relaciones: valor que reside en las redes de personas/corporaciones de una compañía.
- Derechos o contratos públicos: derechos de valor de carácter público como el permiso de planificación o los derechos de perforación.
Al conocer a qué nos referimos con intangibles, encontramos que gestionarlos supone una serie de dificultades, debido a que, a diferencia de una mina de diamantes que es apreciada de la misma forma por las corporaciones e individuos, los intangibles pueden tener diferentes valores para cada persona. Otra dificultad es que normalmente no impactan directamente los resultados financieros, lo hacen a través de relaciones de causa-efecto. Por último, los intangibles no suelen tener valor por sí solos y, por ende, necesitan relacionarse con otros activos para generar valía.
De cara a lo anterior, queda claro lo complejo que resulta darles preponderancia a estos activos. No obstante, medir su valor debe ir de la mano con una evaluación de la alineación que estos manejen con los objetivos del negocio y qué tanto aportarán al logro de las metas empresariales y facilitarán los procesos llevados a cabo internamente para la estrategia del negocio. En este sentido, ponerle la lupa a los intangibles se traducirá en una ventaja para el negocio que permitirá el desarrollo de estrategias holísticas que desarrollen el potencial de los colaboradores y las dinámicas corporativas.
Deja una respuesta